CONFERENCIA: Clase magistral promoción de maestros, profesores y especialistas “Doña Luisa Cáceres De Arismendi”

Resumen

Una clara mañana de junio del año 1605, cuando la primavera deja entrever ya algo del calor del verano que se aproxima, de una casa marcada con el N° 20 antiguo de la calle del León esquina a la de Francos de la ciudad de Madrid, un hombre rondando los sesenta, de “rostro aguileño, cabello castaño y frente lisa”, vestido a la usanza de la época: cazaca, calzones, calzas y capa, algo nervioso se dirigía rumbo a la calle de Atocha, donde paró frente a una puerta flanqueada por dos discretos ventanales, arriba, adornando la vieja pared de piedra, destacaba un letrero que anunciaba: IMPRENTA DE DON JUAN DE LA CUESTA, en el frontispicio de su barroquísimo emblema se leía en latín: Spero lucem post tenebras, “Espero la luz después de las tinieblas.” No se imaginaba Miguel de Cervantes Saavedra, así se llamaba el hombre que veníamos siguiendo, que ese sencillo pero significativo lema al que hasta ese día no había prestado mayor atención, se iba a hacer realidad en su desafortunada vida de escritor, pues con la novela que estaban a punto de entregarle, saldría de las tinieblas del anonimato para convertirse en el gran exponente de la literatura española y universal que todos conocemos.