Año 5 N° 10 / Julio
– diciembre 2019. 117 - 134
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ISSN 2477-9342 |
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INVESTIGACIÓN ARBITRADA La Calidad Total como Estrategia para Instituciones Educativas
Inteligentes. Aplicación de la Teoría de Calidad Total de Edward Deming[i] Total Quality as a Strategy for Intelligent Educational Institutions.
Application of Edward Deming’s “Total Quality Theory” Omar Humberto Contreras Sayago ocontras@gmail.com Colegio La Villa de Los Niños – San Cristóbal
(Venezuela) Recibido
17 de marzo de 2019 / aprobado 28 de junio de 2019 |
Palabras clave Cultura de
calidad, calidad total, teoría general de los sistemas. |
Resumen La Educación Universitaria en Venezuela ha logrado alta calidad en su
producto académico. No obstante, las universidades venezolanas como sistemas
abiertos deben mejorar constantemente. Es fundamental la revisión continua de
su cultura de calidad. Desde esa premisa, se presenta una investigación
cuantitativa, descriptiva y con diseño de campo, cuyo objetivo fue
diagnosticar el nivel de cultura de calidad que incide en el grado de
satisfacción del talento humano de la UPEL-IMPM, Extensión Académica San
Cristóbal, contrastada con la Teoría de Calidad Total y la Teoría General de
Sistemas. Se utilizó la técnica de la encuesta, aplicando cuestionarios tipo
escala con 40 ítems, en muestras intencionadas de 52 sujetos del personal administrativo,
obrero, docentes y estudiantes. Resultó un alto nivel de calidad en los
procesos y en resultados académicos, sin embargo, se evidenciaron debilidades
en las relaciones interinstitucionales, la proyección de imagen corporativa y
en las gestiones de liderazgo |
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Keywords Quality culture,
total quality. general systems theory. |
Abstract University Education
in Venezuela has achieved a high quality in its academic product. However, Venezuelan
universities, as open systems, must constantly improve. The continuous revision of its quality
culture is essential. From this premise, a quantitative, descriptive and
field design research is presented, whose objective was to diagnose the level
of quality culture that affects the degree of satisfaction of the human
talent of UPEL-IMPM, San Cristobal Academic Extension, contrasted with the
Theory of Total Quality and the General Theory of Systems. The survey
technique was used, applying scale questionnaires with 40 items, in
intentional samples of 52 subjects of administrative personnel, workers,
teachers and students. There was a high level of quality in the processes and
academic results. However, there were weaknesses in inter-institutional relations,
the projection of corporate image and the management of leadership. |
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Introducción La
Educación es el más importante de los servicios básicos que el Estado y los
particulares le pueden ofrecer a una sociedad. Más aún cuando este servicio
es de alta calidad. Es importante señalar que la “cultura de calidad”, en la
cual se debe instalar la Educación y los servicios educativos en cualquiera
de sus niveles y formas, se mide en los procesos, ambientes, resultados y
fines de la Educación, con los distintos miembros de las instituciones, que
logran con eficiencia y calidad sus objetivos educativos. Para fundamentar lo anterior, Deming (2009)
expone que “los directivos principales (líderes) deben actuar con
determinación para establecer la calidad, como valor fundamental que ha de
incorporarse a las normas administrativas de la compañía” (p.32). De ello dan
cuenta los fundadores, autoridades y directores de instituciones educativas
como las Universidades. En ese sentido, Rodríguez (2001) afirma que “La
calidad universitaria es un concepto relativo y multidimensional en relación
a los objetivos y actores del sistema universitario y su análisis debe
hacerse en el contexto de los procesos sociales y políticos en los que
interaccionan objetivos y actores” (p.1). Por lo que las organizaciones
educativas se alimentan de los aspectos humanos de quienes las integran y de
la calidad de sus productos. A tales efectos, se debe a Deming la puesta
en escena de las ideas y principios sobre la Calidad y sus controles, las
cuales fueron adoptadas por la mayoría de los empresarios japoneses
lográndose un cambio empresarial e industrial. Ahora bien, esa propuesta es
utilizada en el ámbito educativo, razón por la cual en esta investigación se
toman referidos constructos, los cuales vienen a fortalecer la intención
investigativa comunicada en este artículo. Cuando se habla de instituciones
educativas inteligentes, se hace referencia a lo expresado por Deming (2009)
quien formula un concepto, sobre la calidad, como una “filosofía, una
estrategia, un modelo de administración que está focalizado hacia la
satisfacción del cliente” (p. 12). Y de las ideas de Crosby (2008) al señalar
que "Calidad total es hacer que la gente haga mejor todas las cosas
importantes que de cualquier forma tiene que hacer" (p. 261). De allí
que la medida de calidad va implícita en los procesos, o en la forma cómo se
hacen las cosas y de cómo se aprecian. Por lo que, para el servicio de calidad
educativa, resulta importante determinar la calidad desde los procesos de su
desarrollo, del cómo se viene haciendo y los resultados. De esta manera
Deming (2009) identifica la calidad con una significación empresarial y una
ideología que incorpora la producción de bienes y servicios en función del
gerente educativo y del cliente educativo o estudiante. Desde estas concepciones se refiere a Clery (citado en Mora, 2009) quien expresa que: La calidad total no solo se refiere al producto o servicio en sí,
sino que es la mejoría permanente del aspecto organizacional, gerencial;
tomando una empresa como una máquina gigantesca, donde cada trabajador, desde
el gerente, hasta el funcionario del más bajo nivel jerárquico están
comprometidos con los objetivos empresariales (p. 1). Dadas las ideas de los mencionados autores
Deming y Clery, se puede asumir que la educación
debe ser desarrollada para satisfacer a quienes hacen vida en ella, por
tanto, todo el trabajo mancomunado de quienes la gerencian
y de quienes ejecutan las acciones de esa labor gerencial, podrían estar unidos
bajo la premisa de hacer sentir bien a los estudiantes, como clientes
externos y al personal como clientes internos. De tal manera, hacer sentir
agrado en la labor que ejecutan. En función de ello, la calidad del servicio
educativo universitario, por analogía, se fundamenta en los valores
personales de quienes se desempeñan en él e implica mejorar de manera
permanente, no solo los contenidos, la infraestructura, los programas, el
sistema de evaluación y los procesos de administración de los programas y
planes, sino además cada uno de los procesos de desarrollo personal y
organizacional. Por otra parte, los principios sobre los que
se fundamenta la Calidad Total responden a modelos gerenciales que vieron sus
resultados en la reingeniería de las empresas japonesas, motivada a finales
del siglo pasado y que posteriormente los gerentes del mundo occidental
implementaron en la búsqueda de mejores resultados. Esta filosofía, puede
aplicarse igualmente a los modelos educativos y especialmente al sistema educativo
universitario, que se precia de ser un sistema inteligente. De allí, que el
presente estudio se apoya con la Teoría de la Calidad Total y la Teoría
General de Sistemas, para presentar una visión de cultura de calidad para las
Instituciones inteligentes en este siglo XXI. Acercamiento
a la Realidad Problémica Desde la visión de una educación como sistema
abierto, con la mirada, enfoque e ingenio de este siglo XXI y sobre un
sustrato de cultura de calidad, los docentes, facilitadores y mediadores de
aprendizajes, sienten mayor satisfacción por sus logros, obtenidos con
vocación y por realización profesional. Para tales efectos, la cultura de
calidad se alimenta del principio que todo se hace para satisfacer a los
clientes. Deming, (2009), en lo que respecta al caso educativo explica que
son los estudiantes (clientes externos) quienes demandan y pagan el servicio,
y esta cultura de atención al cliente, debe ser practicada y vivenciada por
todos los miembros, de manera sistémica, por lo que el ámbito educativo se
muestra como un sistema abierto. No obstante, de acuerdo con los datos
suministrados por Méndez (2008) al referirse al informe del Instituto
Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe,
IESALC, señala: Aparte del fenómeno de privatización, elitización
y mercantilización de este sector educativo, se observa que
en el mejor de los casos, las políticas educativas solo alivian el problema
de la exclusión, pero no van al fondo. Y se mantiene un sistema con ausencia
de un auténtico modelo curricular y organizacional, gerencial, que no apunta
a una cultura de calidad que satisface las necesidades del desarrollo social
(p. 3). De ello dan cuenta muchas universidades de
Latinoamérica y algunas venezolanas, que han propiciado la elitización, manteniendo un sistema curricular alejado de
la realidad que viven los estudiantes y los pueblos del entorno. De ese citado informe se extrae que: El modelo curricular en las universidades públicas y privadas es el
mismo que se generó a partir del modelo francés del siglo XIX, organizado por
facultades, escuelas y departamentos para administrar carreras disciplinarias
y estructuradas en base al enciclopedismo, al cientificismo, y la
profesionalización por carrera universitaria (p. 7). Frente a este escenario, se infiere la
necesidad de proponer un nuevo modelo de gestión universitaria que abarque un
nivel de cultura organizacional y gerencial, donde se forme para la inclusión
y el desarrollo sostenible. En concordancia con estas ideas, Orcajo (1999), señala que “la universidad nacional
venezolana ha descuidado sus interrelaciones internas y externas” (p. 40).
Aunque no conviene generalizar, si es posible evidenciar algún tipo de
descuido en las interrelaciones interinstitucionales, haciendo de las
universidades unos centros privilegiados y cerrados. De allí la necesidad de
revisar las sinergias de esas relaciones internas y externas para lograr un
mayor desarrollo de su cultura de calidad. Es decir, la satisfacción de sus
clientes internos (empleados, obreros y docentes) y de los externos, los
estudiantes y la sociedad en general. A partir de estas inquietudes, se pretendió
indagar la forma en que los principios expuestos en la Teoría de Calidad se
conjugan en una gestión de eficacia universitaria, la cual se puede aplicar
en el ámbito de las universidades venezolanas y especialmente, en el
Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio (IMPM), Extensión
Académica San Cristóbal, el cual forma parte de la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador (UPEL), institución que cuenta con programas de
formación inicial de docentes y programas de Maestría y Doctorado en
Educación y que en lo sucesivo se denomina solo por sus siglas IMPM. En este contexto, a pesar de responder a las
exigencias que requiere una formación docente, previstas en las políticas de
la mencionada universidad, se observan algunos síntomas asociados a poca
cultura de calidad, y que se manifiestan en la actitud y el comportamiento de
algunos participantes en los programas de profesionalización del IMPM y en el
personal que labora en él. Esta realidad se manifiesta y se observa en las
reuniones de estudiantes y/o participantes de los programas de postgrado. Es así que, no obstante, las atenciones, orientaciones,
receptividad que ofrece el instituto, en el cual se aprecia alto nivel de
preparación de sus docentes (en su mayoría con titulación doctoral) y se
cuenta con esmerados empleados, obreros y profesores, los estudiantes
manifiestan descontento e insatisfacción por algunas situaciones que afectan
sus experiencias académicas. Algunos alumnos, no reflejan una actitud de
búsqueda de la calidad en su formación y su progreso académico. Todo ello
pareciera ser un índice de la pérdida gradual del valor de la calidad. En este sentido, debido a la poca valoración
de una cultura de calidad y la forma en que se dirige, se controla y se
evalúa por separado los elementos del sistema, parece necesario referir lo
señalado por Deming (2009): El viejo tipo de escuela profesional no sabía educar para el diseño
profesional a un nivel intelectual apropiado para una universidad; la clase
más nueva de la escuela ha abdicado la responsabilidad de la formación en la habilidad profesional principal (p.
132). De allí que en algunas instancias del IMPM se
puede observar algunas acciones, conductas y actitudes algo alejadas del
concepto de organización inteligente, que busca la más alta calidad, mediante
el desarrollo de sus procesos organizativos, académicos y de sus interrelaciones.
No se evidencia con claridad las mejores demostraciones de interrelación e
interacción entre los elementos del sistema. Se observa, además, la presencia
de participantes en los programas de maestría que se conforman con la
obtención de un título de IV Nivel, con la simple motivación de cubrir una
necesidad económica, (lo cual se considera válido) que no responde a una
actitud de mejoramiento profesional, de auto-superación, propia de los
profesionales de la educación. Pareciera, entonces, que el IMPM no está
exento de manifestaciones de intereses individuales, alejadas de esa cultura
de calidad, expresada en parte por los participantes en los programas, y en
parte por el personal administrativo y de apoyo, e incluso por algunos
docentes que en él se desempeñan. Empleados administrativos que se conforman
con cumplir funciones sin percatarse de la importancia y la calidad de su
trabajo o del impacto que puede estar produciendo en los resultados
académicos de la institución. De igual manera se podría mencionar a una
parte del personal de apoyo, que no valora su servicio adecuadamente en
función de la institución, sino de su satisfacción económica personal; y de
algunos docentes, quienes, no obteniendo la adecuada y digna remuneración por
su esmerada labor, sienten disminuido su interés y motivación. Así mismo, cabe señalar lo expresado por
Hernández (2012): El término calidad de la educación está asociado con la capacidad
tanto de las instituciones educativas, como de los individuos formados en su
seno (...) de satisfacer los requerimientos del desarrollo económico,
político y social de la comunidad a la que están integrados (p. 3). De allí, los miembros de esta institución
educativa universitaria, bien podrían estar anclados a los fundamentos y
valores de una cultura, apropiada para funcionar como talento humano de
calidad, lo cual se manifiesta recíprocamente en los beneficiados y en la
institución educativa. En el caso de estudio, el IMPM, puede llegar
a ser una organización de calidad, como sistema abierto, satisfaciendo las
necesidades de sus clientes externos, los estudiantes y/o participantes de
los programas de especialización y maestría; mientras satisface a sus
clientes internos, como son los docentes, empleados y directivos, como
empresa educativa en función del desarrollo sostenible. Por lo antes mencionado se puede justificar
la implementación de una cultura de calidad que incluya el cambio y
mejoramiento de actitudes y el compromiso por parte de directivos y
coordinadores, supervisando o evaluando la atención al estudiante, o
gestionando la cultura de atención al cliente, ante todo, y entre todos los
miembros de este contexto educativo universitario. Para fortalecer esta
actitud y compromiso, por parte de todo el personal, se requiere de acciones
gerenciales en favor de la cultura de calidad. Postulados
Teóricos Se
parte de la siguiente interrogante: ¿Qué es cultura organizacional? Según Robbins y Judge (2009) la
Cultura organizacional es un “Sistema de significados compartido por los
miembros, el cual distingue a una organización de las demás” (p. 551), está
representada por un conjunto de características claves que la organización
valora. Por lo cual, la cultura llega a ser ese conjunto de valores
dominantes, como la filosofía (misión, visión, valores corporativos), las
políticas organizacionales predominantes, las normas y especialmente los
objetivos que persigue la organización. Pero, además, la cultura
organizacional incluye los supuestos subyacentes, las aspiraciones personales
y la manera en que los empleados, los clientes y los proveedores perciben las
características de la organización. Se refiere a la forma en que se sienten
identificados y tratados los públicos con esa organización. De ello se puede concluir que la “cultura” es
el conjunto de actitudes, creencias, sentimientos, hábitos y valores
existentes en toda organización, por lo que se deduce que la institución con
cultura, se desempeña de acuerdo al propósito o misión que se ha propuesto y
que ha logrado en acuerdo con sus públicos, interno y externo. Este estudio se inicia bajo la premisa que
propone una organización universitaria, que además de programas de currículo
académico, pueda administrar la cultura de calidad, la cual según Robbins y Judge (2009) es el
“logro constante de la satisfacción de los clientes a través de la mejora
continua de todos los procesos de la organización” (p. 16). De lo cual se
puede entrever que en la administración de la calidad está implícito otro
concepto importante, como es la mejora continua. Razón por la cual se toma lo
señalado por Crosby (2008): La administración debe crear una cultura de calidad sensible a la
satisfacción de los clientes (internos y externos) y puede dar lineamientos abundantes
para que los administradores logren este cometido de crear una cultura en la
que los empleados son amables y corteses, accesibles, capaces, listos para
responder a las necesidades de los clientes y dispuestos a hacer lo necesario
para complacerlos” (p. 78). De todo lo antes expuesto, se infiere que la
cultura es aprendida, que se puede modificar y por ende el aprendizaje de una
cultura de calidad dependerá de la manera en que ésta es aprendida o
enseñada. De allí la importancia de la cultura de calidad en el servicio
educativo, cultura que las universidades pueden aportar a la sociedad y que a
su vez dependerá de la calidad de la cultura personal y profesional, de la
formación y del comportamiento del personal que en ellas labora. Seguidamente se presenta la necesidad de
definir el concepto de Calidad, la cual según Deming (2009) se entiende como
la “propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una cosa, que permiten
apreciarla como igual, mejor o peor que las restantes de su especie”. En ese sentido el concepto de calidad en
general se suele abordar a través de dos aproximaciones diferentes: la
primera en forma conceptual y la segunda de manera operacional, referida
propiamente al nivel de logros o resultados. Este último enfoque emplea a menudo
el término “calidad” como sinónimo de otros conceptos afines, tales como
efectividad y eficiencia. Bajo esta perspectiva se alcanzan opciones para la
determinación de la calidad de la Educación y la formulación de políticas
para su mejoramiento. Se asume lo expresado por Deming (2009), la
calidad es “el conjunto de características de un producto que satisfacen las
necesidades o expectativas de los clientes y en consecuencia hacen
satisfactorio el producto” (p. 84). De allí que calidad, es sinónimo de eficacia
y eficiencia, de actitud y disposición hacia la búsqueda de lo mejor, lo
óptimo de las situaciones, de las cosas y de las personas, como
característica particular. Ahora bien, en lo que respecta a la Cultura
de Calidad buscando llegar a una definición precisa que involucre todos los
aspectos, vale citar a Cantú (2006) quien señala que la Cultura de Calidad: Es el conjunto de valores y hábitos que posee una persona, que
complementados con el uso de prácticas y herramientas de calidad en el actuar
diario, le permiten colaborar con su organización para afrontar los retos que
se le presenten, en el cumplimiento de la misión de la organización (p.75). Es decir, este concepto implica valores y
hábitos cuyas impresiones profundas determinan conductas apreciadas por la
mayoría de las personas que pertenecen a esa sociedad o valorada como mejores
o correctas, por esa u otras sociedades. Es evidente que, para establecer una cultura
de calidad en una organización, las personas que ejercen el liderazgo, son
quienes están obligados a iniciar los cambios, modelar para motivar al resto
de los involucrados en dichos cambios y así comprometer a toda la
organización. Aunque no siempre es así, es lo ideal para las instituciones
educativas inteligentes, por lo que, en el ámbito educativo se entendería
como una necesidad y una obligación de todo directivo y su equipo de trabajo,
por medio de los cuales las conductas de su personal se alinean hacia una
cultura de calidad, que va en mejora continua cada día. En lo referido a la Calidad Educativa en las
Universidades conviene mencionar que el concepto de calidad está relacionado,
con los procesos educativos y con el producto final que se obtiene de los
mismos, es decir, se refleja en la calidad de los procesos administrativos,
de enseñanza y de aprendizaje. Procesos, cuyos resultados serán de calidad en
la medida en que sus egresados, sus investigaciones, y los conocimientos
generados en los ambientes académicos produzcan alta satisfacción, tanto al
personal interno como al entorno universitario y el resto de la sociedad. Sobre el tema central del estudio, vale decir
La Teoría de la Calidad Total, la cual para Deming (2009) se resume en la
frase: “la Calidad no es otra cosa que una serie de cuestionamientos para la
mejora continua” (p.85), de la cual se deduce que la calidad implica mejorar
continuamente: los procesos, la apreciación de las personas, los valores, las
actitudes, los comportamientos. Este autor, señala que “la calidad se mide
por la variabilidad que se da en los procesos y que todo proceso es variable,
por lo que cuanto menor sea la variabilidad del mismo, mayor será la calidad
del producto resultante” (p. 85). Es decir, que, si las cosas no requieren de
mucho cambio, es porque están bien, son mejores y por tanto son de mayor
calidad. De este aspecto fundamental, surgen los 14
principios que Deming presenta por primera vez en su libro Out of the Crisis (Fuera de la
Crisis) de 1986, los cuales el autor reduce a los siguientes 7 principios:
“a) Un Liderazgo visionario; b) la Cooperación tanto interna como externa; c)
Un Aprendizaje continuo; d) Una Gestión enfocada en los procesos; e) El
Mejoramiento continuo; f) la Satisfacción del trabajador; g) La Satisfacción
del cliente” (2009, p. 86). Dados éstos, las instituciones, desde su Misión y
Visión bien establecidas, tienden a la búsqueda de la satisfacción del
cliente basada en la cooperación sinérgica entre todos los elementos de la
institución, lo que propicia el mejoramiento de la calidad de los procesos y
de los resultados. Se observa, en una tabla, el resumen que
Deming (2009) hizo de los 14 principios de su Teoría de la Calidad Total. Tabla 1. Resumen del Sistema de Calidad Total
Nota:
Diseño propio con datos de Deming 2009 De lo anterior,
mediante la aplicación práctica de estos principios, se puede esperar:
egresados con mayor cualificación y competitividad; satisfacción de los propios
estudiantes, quienes se sentirían orgullosos de su universidad; satisfacción
del personal que trabaja en la institución, que reconoce su participación y
pertinencia en la calidad de su institución y el efecto o impacto de la
calidad educativa en la sociedad del entorno, que la admira como referente.
Con esto se da importancia a la Calidad en la gestión gerencial, desde el
nivel más alto hasta el nivel más cercano al producto, con un mayor grado de
relevancia, sentido y adecuación a los objetivos y logros con mayor agrado
generalizado. Por su parte, Bertalanffy (1995) comenta que no existe un sistema
totalmente cerrado (hermético) ni uno totalmente abierto (que se disiparía).
En su Teoría General de Sistemas, Bertalanffy presenta “un modelo conceptual
que permite efectuar simultáneamente el análisis y la síntesis de la
organización en un ambiente (medio) complejo y dinámico, donde las partes de
la organización se presentan como subsistemas interrelacionados dentro de un
macro-sistema” (p. 85). En otras palabras, analiza los elementos que forman
el todo o conjunto complejo en su ambiente promedio, cuyo estudio puede
servir de base a las complejidades y dinámicas del sistema socio-cultural. En este sentido, Bertalanffy (1995) parte de una definición general
de “sistema” como complejo de componentes interactuantes, conceptos
característicos de totalidades organizadas. De lo cual surge la fórmula: El
resultado es siempre mayor que la suma de las partes, la cual, aplicada al
Sistema Universitario, espera el mejor y mayor resultado de una educación
universitaria de calidad, unida al mejor desempeño de sus departamentos y
procesos y mediante el desarrollo personal de cada miembro... La TGS explica
la manera cómo interactúan los elementos componentes de las organizaciones
sociales, que, en el caso de las Universidades, será: cómo actúan las
autoridades, docentes, estudiantes, empleados, obreros, proveedores y la
misma sociedad del entorno, en sus relaciones con ellas. Perspectiva Metodológica El
estudio se fundamentó en un enfoque cuantitativo, como lo que expresan
Hernández, Fernández y Baptista (2008): “ofrece la posibilidad de generalizar
los resultados más ampliamente, nos otorga el control sobre los fenómenos y
además facilita la comparación entre estudios similares” (p.18). De acuerdo
con ello, se planteó una investigación cuantitativa, cuyo propósito fue
diagnosticar el nivel de la cultura de calidad y el manejo del desempeño
expresado en las actitudes que presenta el talento humano hacia la cultura de
calidad, en los distintos estratos de la población del IMPM en su sede de San
Cristóbal, mediante la aplicación de instrumentos de esa naturaleza. La investigación de tipo descriptiva se
enmarcó dentro la modalidad de un proyecto factible, definido en el Manual de
la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, UPEL (2006) como el que
permite “la elaboración de una propuesta de un modelo operativo viable para
solucionar problemas, requerimientos o necesidades de organizaciones o grupos
sociales, referidos a la formulación de métodos o procesos” (p.21). Por ello
el estudio propuso la gestión de algunas acciones gerenciales para el
fortalecimiento de la cultura de calidad en el sistema educativo venezolano,
soportadas en el objetivo específico: “Diagnosticar el nivel de cultura de
calidad y el manejo del desempeño que posee el talento humano de la
UPEL-IMPM, Extensión Académica San Cristóbal”. Con el propósito de diagnosticar dichos
niveles de cultura de calidad del personal del IMPM, se seleccionó una
muestra intencional de 52 personas, entre empleados, docentes y estudiantes
de postgrado, sobre una población de unos ciento
cinco (105) sujetos o unidades de análisis (Hurtado, 2012), que conforman el
público interno y externo, por lo que se consideró representativa de dicha
población. Tabla 2. Muestra para el estudio
Para
el estudio se utilizó la técnica de la encuesta con aplicación de
cuestionarios diseñados bajo el modelo de Escala de Likert, la cual para Hurtado
(2012) es “un conjunto de ítems presentados en forma de afirmaciones o
juicios referidos al evento o a situación que se quiere medir la actitud, de
forma que las personas manifiestan su reacción, seleccionando una de las
opciones ofrecidas” (p.479). De allí que se diseñaron tres cuestionarios
contentivos de enunciados afirmativos con tres opciones de respuestas:
S=Siempre; A v= A veces; N= Nunca. El primer cuestionario aplicado al
personal administrativo y obrero, (12 sujetos) con 40 ítems; otro cuestionario
con 28 ítems, aplicado a los docentes (10 sujetos) y otro similar, de 28
ítems aplicado a treinta (30) participantes de programas de postgrado. Resultados Preliminares De
los resultados preliminares del estudio, se logró realizar un análisis descriptivo
con el fin de dar respuesta al objetivo referido de diagnosticar el nivel de
la cultura de calidad del personal de la institución, escenario de estudio.
Se utilizaron tablas para señalar las frecuencias de respuestas y los
porcentajes de cada una. El nivel de la cultura de calidad como variable en
el objetivo presentó en cinco (5) dimensiones: Cultura Organizacional de
calidad, Cultura de calidad, Relaciones de calidad, Comunicación de calidad y
Evaluación de la calidad. 1.- En la primera categoría se analizaron los
indicadores de: a) Clima organizacional; b) Estructura organizativa; c)
Sentido de pertenencia; d) Liderazgo; e) Motivación gerencial y f) Gestión de
recursos. 2.- En la dimensión Cultura de Calidad se
trabajó con los indicadores de: a) Visión compartida; b) Sistema de
creencias; c) Identidad con la UPEL-IMPM; d) Trabajo en equipo y e) Vivencia
de valores. 3.- En la tercera dimensión se midió: a)
Cooperación laboral; b). Servicio al personal; c) Beneficios laborales y d)
Relaciones interpersonales e interinstitucionales. 4.- La dimensión de Comunicación se midió con
los indicadores: a) Proyección de imagen y b) Comunicación asertiva. 5.- Finalmente la dimensión sobre la
Evaluación de la calidad, se midió con: a) Valoración del desempeño; b)
Satisfacción laboral y c) Orientación y asesoría. Después de presentados los resultados en
matriz porcentual se visualizó mediante un gráfico de barras los resultados
de cada indicador, medidos en la variable referida. Muestra de ello lo
expresa el siguiente gráfico. Gráfico 1. Dimensión: Cultura organizacional de calidad Del
gráfico anterior se puede extraer, en resumen, que el Clima Organizacional
del IMPM es altamente positivo y armónico reflejado en el 87,5% frente a un
12,5 de indiferencia. En cuanto a la Estructura Organizacional, los
encuestados respondieron estar conformes en un 76% mientras que un 34% no
opina igual. La muestra expresó un alto sentido de pertenencia (87,5%) ante
la institución. Con relación al indicador de Liderazgo, la selección mostró
un balance con una aprobación del 50% y desaprobación del 48%. En cuanto a la
Motivación, los resultados arrojaron 51% de cierto malestar y 14% de total
rechazo, frente a un 35% de aceptación.
Finalmente, lo indicado como uso de los recursos en la gestión
gerencial, se obtuvo un 64% de aceptación, frente a un 26% de indiferencia y
un 10% de rechazo. Balance de los Resultados En
oportunidad de presentar un balance del objetivo 1. Diagnosticar el nivel de
la cultura de calidad presenta en el talento humano del IMPM Extensión
Académica Táchira, se refiere que, a pesar de ser una institución de
educación universitaria con estructura y administración centralizada, los
diferentes componentes o grupos que la integran, demuestran un alto sentido
de pertenencia, reconociendo un clima organización propicio para el logro de
los fines académicos. La teoría establece el 4to. y 6to. Principios de la
Calidad Total como: 4) “Participación de todos los miembros de la
organización y fomento del trabajo en equipo y 6) Identificación y Gestión de
los Procesos Clave de la organización” (Deming, 2009). Adicionalmente, se puede señalar que, para el
momento de realizarse la investigación en cuanto a los niveles de cultura
de calidad, no se observó un liderazgo general, sino que cada
coordinación y docente ejerce este aspecto gerencial de manera particular,
tanto en el personal de coordinadores, docentes, y administrativos. Es como
si para cada coordinación, el responsable de la misma mantiene al personal
bajo sus orientaciones, ejerciendo roles de liderazgo diferentes. Es evidente
la ausencia del 3er. principio: “Total compromiso de la dirección y un liderazgo
activo de todo el equipo directivo” (Deming, 2009). En cuanto a la cultura de calidad, se
diagnosticó altos niveles en la vivencia de valores, el trabajo en equipo y
la identidad con la institución. Siendo diferente para la visión compartida y
el sistema de creencias que se comparte entre los diversos grupos de sus
integrantes. En cuanto al aspecto de las relaciones
personales, se comprobó un alto sentido de amistad, propio de la
idiosincrasia de los venezolanos, que a pesar de las circunstancias y de la
situación país, se mantiene un ambiente agradable y propicio para el
desarrollo del trabajo en colaboración. Sin embargo, no se aprecia de igual
manera en las relaciones interinstitucionales y se percibió una alta
deficiencia en los beneficios laborales, datos que manifiestan el descontento
y la falta de motivación. Como balance de resultado es importante
resumir que para el aspecto de comunicación y el lenguaje
respetuoso se obtienen altos porcentajes, más no sucedió lo mismo con la comunicación
asertiva, la cual da evidencias de necesitar mejora continua. Sin
embargo, se mencionó también que la institución debe mejorar la proyección
de imagen corporativa accionando estrategias de comunicación dirigidas a
la comunidad del entorno. Adicionalmente, se concluye en cuanto a la evaluación
de los sistemas de calidad de la institución, que se ha valorado
medianamente el desempeño del personal; además de que la capacitación,
la mejora continua y la orientación del personal y de los participantes de
los programas de maestría, presentan algunas deficiencias importantes. El
aspecto de la satisfacción laboral, es uno de los aspectos más importantes a
resaltar, por los momentos que atraviesa el sector universitario y el país en
general. A Manera de Conclusión Dando
relevancia al tema objeto de estudio en esta investigación se puede concluir
que se utilizaron tres cuestionarios donde fueron consultados representantes
de los cuatro grupos, integrantes del Instituto, y se logró realizar el
diagnóstico planteado, y con un análisis descriptivo, se apreció la forma en
que se vivencia y se aprecia una cultura de calidad en dicho contexto. Se
aprecian los niveles de la cultura de calidad de la gestión educativa en los
aspectos que inciden en el desempeño del talento humano del IMPM, Extensión
Académica San Cristóbal, con las pocas deficiencias mostradas en los
resultados, que ameritan algunas acciones gerenciales importantes bajo la
aplicación de la Teoría de la Calidad Total y la proyección de la Teoría
General de Sistemas, siempre presente en organizaciones inteligentes como las
Universidades. A través de este diagnóstico y análisis se
evidenciaron altos niveles en sentido de pertenencia, de identidad con la
institución y de responsabilidad personal, trabajo en equipo y las mejores
relaciones personales. Además, se manifestaron algunas debilidades en cuanto
al liderazgo, por la forma individualizada con que se ejerce. También se
apreció la necesidad de fortalecer las comunicaciones internas y externas de
la institución con su entorno, en especial el manejo de imagen corporativa.
En ese sentido, se logró confrontar la revisión teórica de los aspectos e
indicadores de la cultura de calidad con la realidad institucional y cuyo fin
es diseñar y ejecutar acciones estratégicas de gerencia educativa, que
apunten a la estandarización de la cultura de calidad que manifiestan las
autoridades, en todo el personal interno y también en los participantes de
programas educativos. Esta confrontación de fundamentos teóricos
sirvió para asegurar o garantizar que la teoría se puede aplicar en forma
práctica en las gestiones de calidad de los docentes, coordinadores, jefes de
extensión y en favor del desempeño de calidad de los empleados
administrativos y obreros. Por encima de todo, que aplicando los principios a
las acciones gerenciales se puede garantizar los mejores resultados del
ejercicio de calidad manifestado en los participantes de programas de
postgrado, quienes también deben integrarse al sistema de valores de la
calidad, en una institución cuyo epónimo expresa “el mejoramiento profesional
del magisterio”. Es importante mencionar que la Institución
escenario de estudio cuenta con la fortaleza del Centro de Investigaciones
“Georgina Calderón” en el cual se pueden incorporar estudios que apunten
fomentar en sus líneas de investigación aspectos sobre Calidad Total, pues la
demanda de la formación docente tanto inicial como de postgrado así lo
amerita. En una institución educativa universitaria la gestión es de suma
importancia y el enaltecer la cultura de calidad pasa por el trabajo
mancomunado que integra y beneficia a todos. La mejora continua
expresada en la nueva filosofía de cooperación, supervisión, liderazgo e
integración, son principios base para ejercer la calidad y el éxito de la gestión
educativa y motivo para la investigación sistematizada. Finalmente, se recomienda a la gerencia
educativa de las universidades venezolanas, hacer hincapié en sus gestiones
sobre la proyección de su imagen corporativa, especialmente a las autoridades
del IMPM Extensión San Cristóbal, a fin de mejorar la presencia de programas
de extensión apuntando al beneficio directo de las comunidades del entorno
universitario y aplicando el 7mo. Principio: “Toma de decisiones de gestión
basada en datos y hechos subjetivos” (Deming, 2009). Tal como lo expresa la visión de la UPEL
“universidad de excelencia, comprometida con el país para elevar el nivel de
la educación, mediante la formación de docentes competentes; capaz de generar
conocimientos útiles para implementar procesos pedagógicos innovadores e
impulsar la transformación de la realidad social”. Se aprecia entonces, la
mirada hacia la excelencia de la calidad educativa, componente de una
institución universitaria inteligente para estos tiempos de la sociedad del
conocimiento. Referencias Bertalanffy, L. (1995). Teoría
general de los sistemas. Fundamentos, desarrollo, aplicaciones. México:
Fondo de Cultura Económica. Cantú, H. (2006). Desarrollo
de una cultura de calidad. (3ª Ed). México: Mc Graw Hill Interamericana. Crosby, P. (2008). La
organización permanentemente exitosa. Editorial McGraw-Hill
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Recuperado de http://bit.ly/2Mswov9 Hernández, R., Fernández,
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México: Mc Graw –Hill-Interamericana Editores. Hurtado, J. (2012). El
proyecto de investigación. (7ª ed). Caracas:
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organizacional. México: Pearson
Educación. Rodríguez E. (2001). Calidad
en la educación superior. Escuela de formación y debate estudiantil.
Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria. Universidad Politécnica de
Madrid. España. UPEL (2006). Manual de
trabajos de grado de especialización, maestrías y tesis doctorales.
Caracas: Fondo Editorial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador
(FEDUPEL). |
[i] Este artículo es un avance del proyecto de investigación “Acciones Gerenciales para el fortalecimiento de la Cultura de Calidad en el Sistema Educativo Universitario Venezolano”. Trabajo de Grado para optar al Grado de Magíster en Educación Mención Gerencia Educativa en UPEL-IMPM Extensión Académica San Cristóbal. |
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ISSN 2477-9342